Sinopsis: Le enseñaron a ser el más rápido, hábil y letal. Puede olerlos, sentirlos… cuando un demonio anda cerca, no se le escapa nunca. Y en cuanto a los daños colaterales… bueno, eso no es culpa suya. Este es el protagonista de El demonio de Próspero, un exorcista tremendamente eficaz y sin demasiados escrúpulos.

Pero cuando se encuentra cara a cara con el demonio que ha poseído a Próspero de Schanz, el hombre más sabio de todos los tiempos, todo puede venirse abajo.

Historia: Esta novela corta, narrada por el escritor británico K. J. Parker (ganador de nada menos que dos World Fantasy Award) nos pone en el pellejo de un exorcista, el más capacitado e implacable de su profesión. Sin escrúpulos, fríamente eficaz y con muy mala baba, dedica su vida yendo de un lugar a otro (dentro del territorio que supone su jurisdicción) a combatir a estos demonios. No siempre consigue extraerlos de sus huéspedes sin que estos sufran terribles agonías, algunos incluso la muerte, pero le basta si consigue expulsarlos y de paso soportan el dolor que es capaz de infligirles. Como dije, es violento y no tiene escrúpulos.

El tramo más interesante, que no se limita a contar las bondades y miserias de su profesión, se halla en la segunda mitad del relato, cuando conoce a Próspero de Schanz, el erudito más brillante de aquella región del mundo. Está poseído, pero su brillantez —y la del demonio que lo habita— lo inspiran a construir la mayor obra de arte jamás creada. Así, en un diálogo sobre lo que es el arte, la belleza, lo hermoso, entre la criatura que habita en su interior, el propio Próspero y nuestro sagaz exorcista, descubriremos cómo funciona esta guerra santa que lleva librándose desde los anales de la historia misma.

Ambientación: Toda la trama tiene lugar en un mundo fantástico del que poco sabemos —y del que realmente falta no nos hace saber nada—, pero el imaginario empleado para explicar los fundamentos de los exorcismos y la rivalidad subyacente entre el gremio de nuestro protagonista y las criaturas empecinadas en hacer el mal, siguiendo un plan superior a largo plazo, resultan del todo exquisitas.

Personajes: El exorcista y su visceral forma de hacer su trabajo es indiscutiblemente absorbente. Su virtud está en la violencia, en la fuerza bruta, en el diálogo mordaz y en su capacidad para no ofrecer concesiones. No estamos ante el protagonista ideal, ni siquiera ante uno lleno de grises: casi todo en él es sombra, oscuridad. Y pese a todo, resulta fascinante.

Por otro lado, Próspero de Schanz es el clásico genio que sabe que es un genio, pero que vive atormentado, de un tiempo a esta parte, valorando la posibilidad de que su genialidad provenga de un demonio que habite en su interior (pese a lo escéptico que le resultan estos temas). Pero lo verdaderamente fascinante de él no es su presencia humana, sino la de Ella (el demonio vive en él) y los mordaces diálogos con nuestro profesional amigo.

Estilo narrativo: Desternillante al tiempo que horroroso es el estilo que K. J. Parker emplea para contarnos esta historia. Irónico hasta la extenuación, recuerda incluso al desgarbado y punzante estilo de Fritz Leiber. Sin demasiadas florituras, sin excesos, cargada de narrativa y provista de rico léxico, la historia nos es contada dando saltos de pseudo-capítulos con frecuencia, que aportan a la trama tanto en su continuación temporal como cuando rememora alguna experiencia pasada.

Edición: Para el análisis de esta novela he utilizado el formato físico editado en España por Red Key Books, con traducción (muy buena, debo añadir) de María del Pilar San Román. Impreso en tapa blanda con solapas, la edición resulta sencilla y cuenta con 98 páginas. Sin casi erratas importantes (aparte de alguna cursiva colada, poco más), me parece un muy buen trabajo de esta nueva editorial española. Sin despuntar en absoluto, cumple con sobradada calidad.

Resumen: No es habitual encontrar novelas cortas que manejen géneros como la fantasía y el terror tan bien escritas, pero que además, inviten al lector a la reflexión, todo ello sin insultar inteligencia alguna. Además, su estilo ágil hará que la lectura sea de lo más amena.

Lo mejor: Su estilo ágil, su prosa irónica y mordaz y su fantástico antihéroe.

Lo peor: El tramo final se me antojó apresurado. Queda todo bien atado, pero en vista del tiempo que se tomó el autor para cocer todo a fuego lento desde el inicio, me sorprende que haya sacado su plato de la hornilla antes de la cuenta.

Puedes conseguir El demonio de Próspero, de K. J. Parker, a través de los siguientes enlaces:

FísicoRed Key Books – Fnac – AgapeaCasa del Libro