Tengo ya dos novelas del autor y hasta la semana pasada no había tenido el privilegio de hincarle el diente a ninguna de las dos. Por fin la espina ha sido desclavada y hoy vamos a hablar Fuego Eterno (Ediciones Arcanas, 2017). Pero antes de entrar en materia, conozcamos un poco más al autor.

Cosmin Flavius Stircescu es un escritor de origen rumano que se desenvuelve excepcionalmente bien en la narrativa fantástica, así como en la de ficción. Hace ya casi un lustro fundó Ediciones Arcanas, un sello de autoedición que cuenta con una excelente calidad en todos y cada uno de sus acabados —una auténtica rareza en este mundillo— y que bajo este sello propio ha publicado Leyendas de Erodhar: La Vara de Argoroth (tercera edición, 2017), Orfus, el ocaso de los Or’Uka (segunda edición, 2018) y el mencionado Fuego Eterno.

Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a Fuego Eterno? Pues de nada más y nada menos que del primer volumen de lo que será una trilogía. Un gran punto a su favor, comentado por el mismo autor, es que cada novela será autoconclusiva, permitiéndonos así poder disfrutar de cada una de forma independiente y haciéndonos más sosegada la espera.

En Fuego Eterno nos encontraremos con Rough, nuestro maquiavélico protagonista, un orco mestizo en un principio venido a más que es vilmente traicionado, despojado de todo aquello por lo que ha luchado gran parte de su vida, humillado y arrojado a la deshonra y que, en su huida desesperada por salvar la vida encuentra algo que lo ayudará a tomar venganza. Nos encontramos, por tanto, no con el viaje de un héroe, no con su senda en pos de la redención, sino con el camino de un villano dispuesto a cualquier atrocidad con tal de obtener lo que anhela.

Con una prosa ágil, elegante y sobria en muchos aspectos, nos encontramos con una novela que nos cuenta la caída y el ascenso de Rough a un ritmo frenético. Hay tiempo en sus líneas para florituras, pero sus párrafos se centran, van directos al grano, con marcado acierto, y nos muestran quién es Rough, qué pretende y cómo planea lograr sus planes en una estructura que no es en absoluto lineal. ¿Por qué? Porque los capítulos en los que están divididas las más de 300 páginas no suceden en la misma línea temporal: todo personaje tiene su presente, y todo presente su pasado, y el de Rough no iba a ser menos.

Y es un soplo de aire fresco enfrentar un trabajo así. No es habitual leer novelas cuyos protagonistas sean orcos, mucho menos historias donde el camino es el del mal propiamente dicho. Fuego Eterno es una aventura donde el mal triunfa. ¡Y qué gusto da que lo haga!

Podemos empatizar con Rough y sin lugar a dudas estaremos de acuerdo con algunas de sus decisiones. Pero tanto como nos alegraremos por él acabaremos horrorizados por algunas de sus acciones. ¿Cómo? Porque Rough, aunque está podrido de maldad, también tiene sus destellos de luz. Es un personaje con una enorme escala de grises. Si bien es cierto que no despliega todo su potencial —el autor tan solo nos deja morder una pequeña parte de lo que nos tiene preparado, o eso espero— estoy convencido de que en la segunda y la tercera parte de Fuego Eterno veremos cómo Rough evoluciona.

Por ahora, la primera entrega promete. Aunque Cosmin F. Stircescu afirma que el libro es autoconclusivo —y es cierto que lo es—, también es una verdad como la vasta ciudad de Artah que deja a uno con unas ganas terribles de continuar con las malignas aventuras de Rough. Porque después de todo, cualquier magia tiene un precio, y las artes oscuras, mayor todavía. Quizá por eso el precio de leer este libro sea tan caro: porque es endemoniadamente bueno.

Puedes comprar Fuego Eterno en su versión en tapa dura, con la excelente cubierta ilustrada por LiberLibelula y con los mapas a todo color de David Puertas Martín en el sitio oficial por solo 16,00€, y donde también podrás disfrutar gratis de las primeras páginas.