La tarde del pasado domingo 24 se cernía sobre Multicines Tenerife y le llegaba el turno a Love me not, cuarto largometraje de Lluís Miñarro y su segundo en el género de ficción. Esta es una película «muy de autor», como comentaba en el coloquio posterior el director del festival, Ramón González, tornándose en una adaptación del mito bíblico de Salomé para llevarlo hacia una visión para el entendimiento contemporáneo.

Love me not se desarrolla en un ambiente de tensión militar en medio de un desierto, en el que un regimiento tiene la tarea de custodiar a un misterioso hombre por sus predicciones subversivas y con ciertos tintes apocalípticos. En este escenario, la cinta sigue la obsesión que va apoderándose de la soldado Salomé —interpretada por la magnética y acertada Ingrid García Jonsson— por el misterioso encarcelado, obsesión que llevará hasta las últimas consecuencias a este personaje, interpretado por Oliver Laxe, y a la propia Salomé.

De esta forma, nos encontramos con una propuesta indie desafiante con su surrealismo moderno, pero muy elegante y sólida a su vez. Uno de los apartados a destacar, aparte de las actuaciones estelares del reparto, es el tratamiento visual cuidado y estilizado al máximo por parte de la dirección de fotografía, a cargo de Santiago Racaj. Así, el desierto mexicano de Chihuahua cobraba un esplendor apabullante en la gran pantalla, con esos planos aéreos y amplios recordando a grandes clásicos de la época como Lawrence of Arabia, trasladándonos además de una manera discreta y maquillada, a los escandalosos sucesos revelados en 2004 sobre los abusos y torturas perpetradas por el Ejército estadounidense en la prisión iraquí de Abu Ghraib.

Lluís Miñarro, Lola Dueñas y Ramón González en el coloquio posproyección

Siguiendo esta línea, se puede ver cómo la cinta trata este atroz y delicado suceso convirtiéndolo a una metáfora o enfoque bíblico contrastado con las guerras santas. De ahí, que las tropas represoras no supieran si el misterioso prisionero era un terrorista o un profeta.

Tras la proyección del largometraje, se dio paso a un coloquio de lujo con no menos que, el director, guionista y productor de la película, Lluís Miñarro, la reconocida y célebre actriz madrileña, Lola Dueñas y el propio director del Festival Isla Calavera, Ramón González. En esta charla posproyección, el director de la cinta arrancaba confesando que su intención era el de jugar con las expectativas del espectador, llevándole de un lado a otro a lo largo de los ochenta y tres minutos del metraje. Además, aclaró que su adaptación del mito bíblico intenta por todos los medios huir de tópicos y reiteraciones comerciales ya vistas, tratando así, la sensualidad y sexualidad de ambos sexos con total normalidad y libertad visual.

En relación a esto, Lola Dueñas tomaba la palabra diciendo «ha sido una película con mucha libertad, tanto en el rodaje, como en la trama, como en el tratamiento de cada uno de los personajes y su guión… como debería ser en todas las películas», revelando así su bienestar y comodidad en la realización de esta película, además de arrancar el aplauso colectivo del público con dicho comentario.

Sin duda, si algo tiene esta película es una libertad y una facilidad abrumadora para manejar diálogos complejos y en ciertos puntos, con tintes dramaturgos, manejando al mismo tiempo distintas lenguas, que conviven y se entienden entre sí en todo el metraje. En este punto, tanto Lluís Miñarro como Lola Dueñas, han aclarado que este es otro de los pilares del tono crítico que adopta la cinta hacia apartados sociales latentes en la actualidad.

Lluís Miñarro y Lola Dueñas al micrófono del Festival Isla Calavera

Dentro de esta libertad, el director afirmó haber forzado al espectador a ser uno más, porque como él mismo dijo en la sala, «los espectadores siempre hemos sido mirones y vouyeurs en el arte del cine». Así, a lo largo de la película podemos encontrarnos determinados momentos en los que se nos incita a formar parte del elenco y a participar en el rodaje como una tercera persona.

Muy destacable también, el papel que juegan obras como Simón del desierto, de Luis Buñuel, o la figura de la loba amamantando a Rómulo y Remo, en las que se ha basado para esta película Lluís Miñarro, y que son puntos claros de inflexión donde reside gran parte del trasfondo de Love me not.

Sin duda, desde la revista Blaster confesamos que la película nos ha hecho sentir como que «ya estábamos en el desierto», como bien dice Salomé al final del tráiler, pero esperamos que tanto Luís Miñarro como Lola Dueñas, se hayan sentido tan fantásticos como si ya estuviesen en la isla… en la Isla Calavera.

A continuación, les dejamos el tráiler de la película.