El Festival Isla Calavera nos trajo una primera ronda de cortometrajes de diversa índole pero que compartían el mismo espacio fantástico. La presentación e inauguración de esta primera jornada estuvo a cargo de Norma Vila, directora y productora que también estuvo presente en la mesa redonda “El fantástico en femenino”, quien daría comienzo e introducción a este evento.
1.- El fin de las cosas:
El corto producido por Demeter Films es el que da el pistoletazo de salida. Dirigido por la mismísima Norma Vila, se atreve a adaptar de manera muy notable el relato corto gótico Sredni Vashtar del escritor británico Saki, cambiando de manera notable y sustancial algunos aspectos que logran darle un enfoque totalmente distinto pero fiel al material original, situándonos ante una nueva narración modernizada a la par que atemporal.
Paola Bontempi y Lucía Pollán son las protagonistas de este thriller dramático en el convergen dos personajes con personalidades muy pronunciadas debido a una situación en la que ninguna de ellas quiere estar.
2.- Horror Movie:
Los alumnos de 3º de la E.S.O. del instituto Saulo Torón nos dejan una grata sorpresa con un corto de terror muy bien ejecutado en el que el alumnado, bajo la supervisión del profesor Ángel Hernández Suárez, acercan una narración de un relato adolescente hasta un lenguaje propio del cine de género, logrando conseguir una efectividad más que considerable con reminiscencias al terror clásico.
El guión y dirección están realizados por Marina Ojeda Tacoronte y Ledi Huang, alumnas y actrices del mismo cortometraje, que apuntan maneras a ser jóvenes promesas.
3.- Amargo era el postre:
Diego H. Kataryniuk Di Costanzo nos trae bajo su dirección un corto protagonizado por Mikel Losada y con caras conocidas como Almudena Cid, que nos sitúa en el centro de una reunión de nobles en la época colonial. Es una oda al café que nos invita con su sabor a un humor predominantemente negro, especialmente amargo y con un toque ácido. Y es que el color negro cobra de una cantidad asombrosa de matices que se generan dentro de un lenguaje tan bien articulado.
4.- La noria:
Carlos Baena dirige y produce un corto de animación que a nivel técnico es impecable. La narración y el diseño de los personajes es precioso y logran transmitir justamente cuando se requiere emociones y sentimientos que van desde una ternura sensible hasta lo lúgubre y desagradable.
El corto se sumerge de lleno en la mente de un niño mediante las pesadillas y los terrores infantiles propios de la misma infancia, y acaba rescatando desde esa ficción temas mucho más adultos y trágicos.
5.- Hug:
Sandra Escacena, actriz revelación nominada al Goya que conocimos en Verónica, de Paco Plaza, protagoniza un corto que mezcla el thriller psicológico y el terror, que nos invita en un ambiente onírico y que llama al subconsciente a reflexionar sobre la naturaleza y el origen del miedo, planteando cómo nos afecta, si estamos dispuestos a enfrentarnos a ello y acarrear con las consecuencias.
Producido por Skull Kid Pictures y dirigido por Toni O. Prats, consigue perturbarte lo justo con poco.
6.- No quiero estar sola:
Dirigido por Sergio Rozas, nos sitúa ante un cortometraje que habla sobre la propia soledad dentro de una gran ciudad masificada, como es el caso de Tokio. Aquí, la protagonista del corto, interpretada por Shinoka Sekihara, afrontar esta situación, donde los problemas personales crecen como monstruos gigantes, te persiguen constantemente, se multiplican y te esperan a la vuelta de la esquina por mucho que trates de evitarlos.
Con una influencia que abarca desde los monstruos gigantes del cine kaiju hasta el shonen adolescente y seinen adulto del manga y anime japonés, nos conduce a un punto de no retorno en el que hay que tomar una decisión.
7.- Noctámbulos:
Romén Rivero escribe y dirige este corto en el que un grupo de jóvenes skaters que andan a altas horas de la noche es vigilado por un extraño. El inicio del motivo de la película llega cuando la chica del grupo se va por su cuenta.
Este cortometraje nos acerca a una historia con reminiscencias de manera renovada al mito del “hombre del saco”, con un sorprendente acercamiento que gira hacia The Lost Boys.
8.- Mi nombre es Koji:
El humor también logra hacerse paso dentro de lo fantástico mediante el cortometraje dirigido por David Muñoz. Esta comedia de ciencia ficción retrata con simpática nostalgia la actualidad más friki de la “Generación Mazinger” de la España de los 70, situando a un fan acérrimo y su relación Mazinger Z como eje central de la trama, que se materializa como si fuese una religión con la estatua que hay construida en Tarragona.
La historia cuenta con un aura quijotesca que mezcla perfectamente esa relación curiosa entre España y Japón, con un producto muy concreto y marcado en el país, resultando una comedia de lo más hilarante.
9- Samsa:
Virginia DeMorata coprotagoniza el cortometraje que es una adaptación de La Metamorfosis de Kafka. Dirigido por Enrique García, el resultado final es un ejercicio bastante notable de análisis y síntesis, creando una buena atmósfera y representando de forma precisa los momentos más destacables del relato, que acaba justificando un ritmo con una armonía lógica dentro del mismo corto.