Sinopsis

El Cruzado despierta en una playa. No está solo, pero los que lo acompañan son cadáveres que se pudren en la arena y fantasmas que lo persiguen sin tregua día y noche. Está agotado. Apenas alcanza a ponerse en pie. No obstante, debe regresar a Nelvoria, su hogar. Allí le aguardan dos cosas. Por un lado, eso que llaman «el Castigo», un horror sin rostro predicado por la secta El Sol Negro que ha dejado completamente confinada a la ciudad de Marsaskala, urbe santa y capital del Imperio Helshio. Por el otro, está ella, su amor y su condena.

Tras haber cruzado el mundo junto a la Gran Marcha, auspiciada por el Sumo Pontífice de la Iglesia de El Nacido y por
el emperador Odinel I, Abelot Marsaslok regresará a una tierra muy distinta de la que dejó atrás. Mientras trata de encontrar a los suyos entre los escombros y las cenizas del Imperio, no tardará en descubrir que el fanatismo religioso, la crueldad y el Castigo lo han sumido todo en una guerra civil en la que el nombre de Balkor, enigmático líder del Sol Negro, es susurrado en cada esquina de Nelvoria.

Historia

La historia que nos presenta Samuel Tejera es un viaje. Un viaje de regreso después de otro más largo, temible y fallido. Abelot regresa de la cruzada más grande de la historia de Nelvoria (el ficticio continente donde se desarrollan los hechos) para encontrarse con un imperio desolado, maltratado por el hambre que dejó tras de sí su marcha, consumido por la barbarie primitiva a la que la secta del Sol Negro, enemigos de El Nacido, ha sometido a la gente. La sociedad ha caído, y de ella solo queda un recuerdo maltrecho y pequeños destellos de resistencia.

Nos encontramos, de un modo u otro, con el clásico viaje del héroe, pero en este caso será la culpa y la vergüenza la mentora de Abelot, nuestro protagonista, y este a su vez de Vincent, un coprotagonista que ha vivido desde dentro todo lo que trajo consigo la oscura mano del Sol Negro. Así, acompañaremos a ambos a través de la crueldad de un mundo fantástico-medieval de una profundidad palpable.

Ambientación: Debo reconocer que esperaba que La senda del Cruzado fuera algo más ligera y optimista, pero nada más lejos de la realidad. Estamos ante un relato bien construido, profundo, denso en su contenido histórico. Hay mucho lore con el que el autor está constantemente dando contexto a los entornos por los que pasean los protagonistas y a los individuos que con ello se cruzan. El ambiente general es oscuro, visceral, de una brutalidad que en ocasiones puede llegar a recordar a la desazón de La Primera Ley de Joe Abercrombie (aunque sin llegar a esos extremos). La decadencia de la civilización humana ha tocado fondo, y se nos aporta el trasfondo necesario en cada paso que damos.

Personajes

No cabe duda de que Abelot es un personaje con mucho potencial. No es un héroe, tampoco un antihéroe. No pretende ser ninguna de las dos cosas. Es solo un caballero caído en desgracia, un hombre salpicado de grises que batalla no solo contra sus enemigos, sino también con sus propios demonios, con la desazón que lo carcome. ¿En qué se traduce esto? En un protagonista de lo más humano, y eso, en una historia de estas características, es de agradecer.

Por otro lado tenemos a Vincent, un chiquillo de comportamiento más bien impulsivo en el que Abelot se ve reflejado en multitud de ocasiones. La dupla hará que ambos funcionen, con sus diferencias, durante la primera mitad del relato. Después, Vincent adquiere otra resolución, una oportunidad que, venida del cielo, servirá para mostrarnos otra cara, la suya, la de verdad, con todo lo que conlleva.

Estilo narrativo

Nos encontramos ante un libro de fácil lectura en lo gramatical. No estamos ante una novela provista de tecnicismos ni cultismos, pero está bien surtida con terminología que uno espera encontrar en una historia de corte fantástico-medieval. Pero hay algo con lo que no termino de estar convencido, y es la tendencia del autor por abusar de las descripciones. Noto en esta costumbre ganas de demostrar al mundo que el autor ha trabajado largo y tendido en la construcción de su mundo, en su historia presente y pasada, en su simbología, pero mi reticencia no va por ahí —que repito, esta parte es brillante— sino que se me antoja mal integrada. Muchas veces estas extensas descripciones (que pueden alargarse varias páginas) están en mitad de un diálogo, de algún momento de máxima tensión. ¿Aportan profundidad y calidad al mundo creado? Indudablemente. ¿Me rompen el ritmo de la trama? Pues también.

Una cosa que me gustaría destacar es su estructura narrativa. La primera mitad de la historia las riendas van de la mano de Abelot, aunque comparta su senda con Vincent. Llegado a este punto, el protagonismo recae sobre Vincent en el tercer tercio, y de nuevo en Abelot para rematar la novela. Prescindiendo de intercalar unos capítulos con otros, me parece un acierto para evitar narrar un viaje de ocho días que no aporta nada. Y consciente de su escasa relevancia, el autor lo omite por completo. Aquí no puedo por menos que felicitarlo, así que, ¡a tu salud!

Edición

La senda del Cruzado nos la presenta Editorial Titanium en tapa blanda con solapa, con cubierta laminada en brillante y un total de 422 páginas. En cuanto a la maquetación interna, hay dos guardas en blanco y negro, un mapa del mundo —que desmerece mucho la falta de color, ya que su impresión también es en blanco y negro— y con encabezados de capítulo que remiten a una parte concreta de la portada.

Respecto a la edición, el libro está bien maquetado y corregido. A lo primero debemos dar gracias a Editorial Titanium, pues sus libros suelen tener una exquisita calidad en ese sentido. Respecto a lo segundo, el mérito recae en Samuel Tejera y el/los correctores con los que haya contactado, que se han esforzado por torturar al milímetro cada una de sus líneas. Se nota trabajo y una clara intención de hacer las cosas bien.

Resumen

La senda del Cruzado es una historia muy buena, bien hilada, con un mundo profundo y oscuro, contada con esmero desde el punto de vista de alguien que en su día se entregó en cuerpo y alma a una sociedad que ahora ha cambiado demasiado. El Castigo, aquello que cambió el destino de los hombres, supondrá un giro de lo más curioso para quienes tengan el valor de zambullirse en sus páginas.

Lo mejor

La construcción de su mundo, profunda y rica en detalles para todos y cada uno de los rincones que Abelot y Vincent pisan.

Lo peor

A veces, esa profundidad del mundo hace que perdamos el hilo, con explicaciones de historia antigua, entornos o costumbres de lugareños metidos en mitad de conversaciones y en medio de la acción.

Puedes conseguir La senda del cruzado, de Samuel Tejera Ávila, a través de los siguientes enlaces:

FísicoEditorial Titanium – Librería el Águila – Agapea