40 años después del estreno de Alien, los ecos de los gritos de terror aún siguen resonando más allá del espacio y del tiempo, pues a las 11:00h se proyectó en Isla Calavera, el Festival de Cine Fantástico de Canarias, el documental Memory: The origin of Alien.
Esta es carta de presentación y, además, de amor, con la que se da la bienvenida y se abre la programación del festival.
Memory, el documental de Alexandre O. Philippe nos relata desde un punto de vista cercano y muy certero los entresijos de esa película que conmocionó y cambió el género de ciencia ficción y terror: Alien.
El documental trata de situarnos con una certeza innegable en el espacio y tiempo del filme. Contextualiza con exactitud todo el discurso político y social con el proceso creativo y su obra final dentro de un marco concreto. No trata de alejar la ficción de la realidad, sino de acercarla y mostrarnos las entrañas del monstruo, con vísceras y slime incluídos.
Cabe mencionar que, además, saca a relucir la importancia de la figura del guionista de la película, Dan O´Bannon, que es la figura mediante la cual se nos conduce por todos esos recovecos de la vivisección de Alien, hasta llegar a Ridley Scott como director, pasando por el crucial arte de H.R. Giger.
Así pues, se nos relata la historia e importancia del proceso colaborativo de un proyecto que no lo tuvo fácil en su inicio y desarrollo, y que fue creciendo mediante la interacción con las personas adecuadas que llevaron a ser la película de Alien lo que fue y lo que es.
Se exploran de este modo las diversas influencias directas e indirectas, desde la mitología egipcia y griega hasta el comic underground de ciencia ficción, pasando por el arte de Francis Bacon, llegando a un acercamiento a nuestra actualidad en la que el terror de Alien está cada día más presente que nunca y que, por mucho que alcemos la voz, no seremos escuchados debido a la individualización y la soledad en la que nos vemos imbuidos nosotros mismos como personas. Como si estuviéramos totalmente solos en la inmensidad del espacio.
Y es que en el espacio, nadie puede oírte gritar…