«¡YO TENGO EL PODER!», dijo Kevin Smith al empuñar la niñez de muchas personas nacidas y crecidas en los 80 y obligarlos a madurar abruptamente.
Netflix ha estrenado la primera parte de la serie Masters of the Universe: Revelation, haciendo que en tan solo 5 capítulos de menos de 30 minutos, toda una generación de hombres de mediana edad sintiera cómo su frágil y pueril masculinidad de cristal se rompía en mil pedazos. Y esta vez no son los «millenials», ¿eh?
Pero, la cuestión es la siguiente: Realmente… ¿Hemos olvidado qué era He-Man? ¿O es que la nostalgia infantil actúa como una cegadora antorcha que quema y arrasa con todo argumento lógico?
Recordemos que este producto tiene su origen en 1982, de la mano de Mattel, que es una marca de juguetes cuyos máximos representantes han sido y son Barbie y Hot Wheels. En aquel entonces, Mattel estaba en horas bajas, tanto a nivel económico como a nivel moral, pues había rechazado la oportunidad de hacer los juguetes de Star Wars y estos estaban rompiendo el mercado. Así que la idea de He-Man surge de un intento desesperado por competir contra Star Wars. Y les fue bien… Durante un tiempo, al menos.
Tras hacer un estudio de mercado en un público infantil de 5 años, lo que hicieron fue un pastiche basado en Conan «el bárbaro» y elementos varios de fantasía medieval y ciencia ficción, con personajes variopintos cuyos nombres eran juegos de palabras un tanto absurdos y hasta desfasados para la época, que parecían hechos por los hijos de sus creadores. Era una idea perfecta que unía los anhelos infantiles de crecer y jugar siendo un poder destructor bien macho. Algo adecuado a su momento y a su público: Niños de los 80. De 5 años.
La cuestión es que la base de He-Man fueron los juguetes, pero tuvieron que hacer malabares para vender la idea diciendo que tenían pensando hacer unos comics y una serie de animación… Y así fue como hicieron más malabares para que pudiera ser posible en 1983.
¿El resultado? Una serie de animación con acción descafeinada, humor absurdo de golpe y porrazo y con moraleja final para aquellos niños que se sentaban religiosamente delante de la tele para ver capítulos de media hora de puro contenido patrocinado por y para Mattel. Una serie que apenas aguantaría el paso del tiempo y que, desde luego, no aguantaría apenas una revisión por parte de los más fanáticos, a no ser que hubiera un claro y grave “síndrome de Peter Pan”.
Esta apuesta resultó ser un éxito absoluto y creciente de, ni más ni menos que 5 años. En 1986 la línea de juguetes llegó a 800 millones de dólares para que, un año más tarde fueran 7 millones. Y decreciendo.
Después de eso, se intentó recuperar con una horrorosa película protagonizada por Dolph Lundgren. Sí, también conocido como “el ruso” de Rocky en uno de sus papeles más olvidables… y de la historia del cine en general probablemente. Una película quizás a la altura de la adaptación de la olvidable Super Mario Bros. Fue todo tan maravillosamente bien que al final cerraron las fábricas.
Pero, niños, tranquilos que la cosa no quedó ahí. En 1990 volvieron a fracasar con una serie de He-Man en el espacio. Y en 2002 intentaron volver al origen, con nuevos juguetes y serie, pero resultaba ser un producto tan anacrónico y desubicado que a los infantes del momento les interesó entre poco y nada. Porque recordemos que es un producto hecho para niños. De 5 años. Puede que hasta los 10. Quizás 12. Y ahí ya me estoy arriesgando.
Aunque… ¿y esos adultos que crecieron sintiendo realmente el poder de Greyskull?
Pues precisamente los adultos con su pueril nostalgia han sido quienes han mantenido vivo al personaje y, como tal, al producto, haciendo que sea algo de nicho, de colección, menos masivo y más concreto. ¡POR EL PODER DE LA NOSTALGIA!
La cuestión es que el tiempo pasó, la niñez se esfumó, la adolescencia dio lo poco que tenía que dar y la adultez ya empezaba a sacar sus primeras canas, llegando a este año 2021.
Entre esos adultos de más de 40 años hay quien maduró. Y quién diría que precisamente ese adulto que encabezaría la madurez de He-Man sería Kevin Smith, ofreciendo una serie con un reparto de actores de doblaje de primer nivel, una animación dinámica y atractiva visualmente, formando en conjunto una serie que está sumamente mimada y cuidada.
Master of the Universe: Revelation es una serie hecha con esmero y respeto al producto original pero, al mismo tiempo, que trata de abarcar una historia más allá de He-Man y contar algo mucho más adulto y para un público que se supone que ha crecido. Una serie algo más acorde a su edad física y mental.
No es una vuelta a los orígenes, sino una continuación que logra captar la esencia de los personajes que aparecen de forma certera y precisa. En pocos minutos, sabes perfectamente quién es quién, qué motivaciones tiene e incluso les llega a dar mucho más trasfondo y una tridimensionalidad que jamás habían tenido en la serie original. Todo ello con la mejor animación que pudiera tener y jamás ha tenido la serie.
De este modo, Kevin Smith mantiene esa dualidad entre el niño que fue y el adulto que es en una serie que trata sobre avanzar. Te destruye a la figura homoerótica del héroe, deshace la magia de fiesta de cumpleaños y se recrea de manera muy justa y medida en una situación cuya trama te cautiva. Hecho esto, Smith trata de hacerte ver realidades más allá de la que tenías construida en tu castillo donde solo podían entrar chicos.
Quizás el problema no sean estos “Masters del Universo”, sino la incapacidad de muchos de estos “fans” que lo que querían ver 24/7 era a un tío hipermusculado en taparrabos haciendo cosas de macho bien macho. Y eso ni siquiera es justo con la serie original.
Pero no se vayan todavía, que aún hay más, ya que recordemos que esta serie de episodios ha sido la primera parte. Espero con ansias la segunda por el producto que sorprendentemente ha resultado ser. Y, con mayor deseo, espero las lágrimas internas de aquellos hombres que rondan los 40 a los que le encanta patalear como un niño de 5 años embriagados por la traicionera nostalgia.
¡Pero tranquilos! ¡Que habrán más juguetes que comprar y con los que jugar en su caja original sin abrir porque si no pierde su valor! ¡Y Funko Pops! ¡Y una nueva serie infantil con aspecto renovado! ¡Y seguramente nuevas ediciones en Blu-Ray para la serie original! ¿Y por qué no algún videojuego? ¡Todo es posible!
¡He-Man vuelve y tú puedes jugar solo en tu habitación de niño grande sin que nadie te moleste!
Ni la serie original es tan mala como comentas ni la nueva tan buena como opinas. Pero al final son opiniones. En la serie original usaban a personas de verdad para hacer los dibujos, la nueva historia tiene agujeros de guión por todas partes.
No eres un gran escritor, pero cuando usaste la palabra «homoerótico» tuve que dejar de leer.