Sinopsis

Septiembre, 1816. El pueblo castellano de Tinieblas aún se lame las heridas de la invasión francesa. La monja Soledad Espinosa asiste al doctor mientras intenta esquivar las obsesivas atenciones de la Hermana Alba; el legendario inquisidor Diego Jubera busca al guerrillero ‘El Empecinado’, oculto en la casa de una celosa adolescente; el secretario del duque de Santiesteban, un arribista profesional, corteja agresivamente a la hija de su señor…

Un día el pueblo amanece sin sol; es el inicio de un sombrío año de muerte que pasará a la historia como el Año Sin Verano. Algo acecha en la oscuridad, asesinando a los lugareños; los cadáveres aparecen mutilados, sin sangre en las venas.

Mientras el reguero de víctimas exangües crece, los habitantes de Tinieblas sucumben al terror y a la locura…

Historia

Un año en tinieblas se nos presenta como lo harían muchas de las grandes historias de terror: un pequeño pueblo, tranquilo, sin más preocupación que la de tener una cosecha próspera y un invierno no muy crudo, y que un día se levanta azotado por la desdicha: alguien ha muerto, y lo ha hecho de la peor manera. ¿Quién ha sido el responsable? Ah, ¡pregunta equivocada! No es «quién», sino «qué», y en ese «qué» pivota casi todo el eje central de la trama.

Para ambientación de la trama —que le da no solo una atmósfera buenísima, sino que hace un evidente juego de palabras con el título— el pueblo de Tinieblas acaba sumido en la penumbra, dando pie y libertad absoluta a los seres que acechan a nuestros protagonistas en todo momento, que los asolan y asedian bajo un manto terrorífico y, en muchas ocasiones, por la repugnante capacidad (en el buen sentido) de la autora para describir situaciones y escenas capaces de hacer a cualquiera arrugar la nariz.

Personajes

Como puede intuirse por la sinopsis, la novela está ambientada en 1816, en el pueblo castellano de Tinieblas, alejado de lo que podría denominarse «la civilización», y por tanto, nos encontramos con una serie de personajes campechanos en más de un sentido, no solo por su aislamiento, sino por la época que nos ocupa. La mayoría ganaderos, y en menor medida agricultores, casi en su totalidad gozan de esa jerga propia de la época, con sus dejes y expresiones, lo que demuestra un excelente trabajo de campo de la autora.

Si tuviera que destacar a algunos personajes, en primera línea de batalla bajo el cielo sin sol que nos ofrece el Año Sin Verano, pondría a Sol, la monja que hace suya la responsabilidad de encontrar a los responsables de los asesinatos, así como de combatirlos. No lo hará sola, por su puesto: el Empecinado, hombre buscado que acaba en Tinieblas para mayor o menor desgracia, obtendrá un papel fundamental en la lucha contra las criaturas de la noche.

Estilo narrativo

Empleando un lenguaje a menudo en desuso —no tanto a nivel de narrador, sino de diálogos—, la obra está contada en tercera persona. La novela hace sentir incómodo desde el primer momento, y se nota intencionado. Son los tiempos que corren, el choque cultural entre las costumbres, maneras, formas y expresiones que conforman a los personajes, los que a uno acaban provocándole arrugar la nariz con desagrado. La agresividad de Lizardo cortejando a la hija del hombre más poderoso de Tinieblas es el más claro ejemplo de ello. Y es una prueba más de que María de Sancha ha puesto toda la carne en el asador: estamos ante una historia que sucedió hace 200 años, y en el estilo se palpa esa realidad.

Edición

Para la presente reseña contamos con la primera edición física editada por Dolmen, que consta de una encuadernación en tapa blanda con solapas, 381 páginas y una división de 99 capítulos (además del prólogo y el epílogo), que inician tan pronto acaba el anterior. A lo largo de la lectura he podido encontrar algunas erratas menores que no entorpecen la lectura, señal del buen trabajo de fondo, si bien la maquetación resulta algo confusa en algunos casos (como algunas rayas de diálogo y de incisos que quedan en la línea superior de un párrafo o similares).

Resumen

Un año en tinieblas es una excelente novela de terror que vuelve a ahondar en la criatura de la noche por excelencia, ambientada con pulso y buen hacer en un ambiente que resulta tan cercano —y a la vez tan extraño— como es en un pueblo castellano, una lectura que recomiendo más a adultos que a jóvenes por su narrativa y contenido.

Lo mejor

La ambientación. Conseguir la atmósfera asfixiante en un lugar tan cerrado es un ejercicio encomiable, y hacerlo con el entorno único y las gentes de hace doscientos años dota al relato de una originalidad necesaria. Sol es, en muchos aspectos, sobresaliente.

Lo peor

Esa misma jerga tan impropia de ahora puede echar para atrás a aquellos poco acostumbrados a la lectura fácil. No es que sea en sí un defecto, pero sí puede suponer un hándicap para algunos.

Puedes conseguir Un año en tinieblas, de María de Sancha, a través de los siguientes enlaces:

FísicoCasa del Libro – Fnac – Agapea – Dolmen

Digital: Dolmen